Tabaquismo
Es una de las adicciones actuales más comunes. Afecta a un 38% de los jóvenes entre los 18 y los 25 años. El tabaquismo genera factores de riesgo más amplios, como las enfermedades cardiovasculares o el cáncer. De hecho, está directamente relacionado con la aparición de 10 tipos de cáncer y de más de la mitad de las enfermedades cardiovasculares.
Obesidad
Se trata de una enfermedad crónica ocasionada por varios factores que se genera por una acumulación excesiva de grasas. El sobrepeso y la obesidad son el quinto factor más importante de riesgo de muerte en el mundo. Solo una tercera parte de la población española se encuentra en su peso ideal.
En España, la obesidad infantil es superior a la de los EEUU. El umbral de la obesidad lo marca el IMC (Índice de Masa Corporal). Cuando éste, resultado del cociente entre la altura y el peso de una persona al cuadrado, supera el valor 30, hablamos de obesidad. Es un factor de riesgo para la diabetes, la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares.
Hipertensión
Derivada de una presión alta en el interior de las arterias. Se mide la fuerza ejercida en las paredes de las arterias cuando el corazón está bombeando sangre. La lectura de este registro tiene que estar entre 140 / 90 mmHG (milímetros de mercurio). El valor más alto corresponde a la presión arterial sistólica y el más bajo al de la presión arterial diastólica.
Para controlar la hipertensión, recomendamos potenciar un estilo de vida saludable, basado en hábitos dietético-higiénicos. Se tiene riesgo de sufrir la hipertensión con la obesidad, el estrés, un abuso del alcohol, la diabetes, antecedentes familiares o el tabaquismo. Se puede regular con el uso de la medicación.
Diabetes
Es un síndrome que altera el metabolismo y provoca un nivel de glucosa demasiado elevado en la sangre. Se manifiesta porque el páncreas, el órgano que segrega la insulina, no la genera.
Existen dos tipos:
- Tipo 1. Es una enfermedad genética y autoinmune que destruye las células del páncreas que producen la insulina. En este caso, el paciente depende del suministro de la insulina.
- Tipo 2. Caracterizada por niveles altos de glucosa en la sangre y una deficiencia relativa la insulina. Más relacionada con el estilo de vida (sedentarismo y alimentación), el paciente muestra una resistencia a la insulina que se debe controlar inicialmente con una dieta y posteriormente con medicación. Resulta determinante para la formación de infartos, ictus, diabetes y la arteriosclerosis.
Hipercolesterolemia
Elevación de la cantidad de colesterol en sangre hasta unos valores superiores a los 250 mg/dl (cantidad de suero o muestra en el compuesto). Comporta un riesgo de enfermedades cardiovasculares. Diferenciamos 2 tipos de colesterol:
- LDL. Se conoce como colesterol malo y es el que transporta el hígado hasta los tejidos. Éste, una vez depositado en los vasos sanguíneos, comporta un riesgo de enfermedades cardiovasculares.
- HDL. Conocido como colesterol bueno. Viaja desde los tejidos hasta el hígado sin dejar colesterol en los vasos. En este caso, un registro elevado indica protección cardiovascular.
Apnea del sueño
La apnea del sueño (SAHOS) es una enfermedad que consiste en el cierre parcial (hipoapnea) o total (apnea) de la vía aérea superior durante el sueño. Como consecuencia de ésta, disminuye la oxigenación y se producen trastornos del sueño. Afecta a entre 4 y un 6% de los hombres y a entre un 2 y un 4% de las mujeres.
Sus síntomas son los:
- Ronquidos continuados.
- Disminución o interrupción de la respiración durante el sueño.
- Mal descanso nocturno que deriva en una somnolencia diurna con el peligro de sufrir accidentes laborales o de tráfico.
- Cefalea matutina.
- Cambio de carácter, dificultad para la concentración o pérdida de la memoria.
La apnea del sueño puede empeorar la tensión arterial y desencadenar patologías cardíacas, como las arritmias. Para diagnosticarla, se realiza la polisomnografía, en la que se registran diferentes parámetros del sueño (saturación de oxígeno, ronquidos, frecuencia cardíaca, flujo respiratorio, etc.) Para tratar la apnea del sueño, aconsejamos controlar el peso, las medidas higiénico-dietéticas, evitar sedantes y no fumar.